viernes, 28 de noviembre de 2008

Carta a Uvita

A veces entre el dormir en la noche y el estar despierto en el día,  anhelo poder seguir durmiendo, porque solo hay un motivo para estar ahí, y es que puedo soñarte, puedo tenerte, puedo abrazarte, tenerte cerca, acompañarte hasta que te vas, estar compartiendo contigo mis sueños, a tu lado, mientras tu me acompañas también, mientras me dictas todo lo que tienes pensado para un futuro.

                                                             

“no se, que es lo que me mueve”.

Realmente no se, a veces en el techo de mi casa, miro al cielo y te veo, otras veces no, no estás ahí, solo anhelo que aparezcas, con tu cabello rubio ondeándose, con tus ojos claros mirándome y tu gigante sonrisa, realmente no se que es lo que me mueve a escribirte tanto, a estar últimamente pensando en ti. Será que te extraño?... será que espero a que sean los días especiales del mes para poder verte en todo tu esplendor? No se, será que estoy esperando que el cielo se despeje y me puedas dar tu hermosa sonrisa y así poder dormir tranquilo?

 

Solo pienso que me deberías dar una señal de que vives, de que sos vos, de que eres alcanzable o tan inalcanzable como siempre lo han pintado, de que sos tan bella como te imagino, como te veo en fotos, como te escucho, como te siento, como te han podido retratar esas personas que han logrado hacerlo. Donde enseñas tu sonrisa, tu blanca piel, tu cabello rubio. Donde puedo tenerte tan cerca, tan mia, tan dentro de mi corazón.

 

Quiero tenerte acá y al oído prometerte que bailaré, solo si me enseñas a moverme, que quiero seguir con vos, que se que no te abandonaré, pero dios, dame una señal de que existís, de que seguís ahí presente para decirte al oído lo que siento, para susurrarte mis secretos, para gritarte mis alegrías y llorarte mis tristezas, para seguir contándote mi tragedia, para seguir contándote mi éxito, para que sepas que cada día me gustas mas, para que sepas que no se cuanto sería capaz de apostar por verte y mucho mas, cuanto podría apostar para besarte, realmente no se.

 

No se que es lo que me mueve a anhelar tu cabellera, no se que es lo que me mueve a anhelar besarte, no se, estoy tan lleno de dudas, tan lleno de verdades, porque no se nada. Respecto a los sueños solo puedo tener control en mi cuerpo para que esté despierto, pero encontramos que no te gusta que me quede despierto, entonces tengo que soñarte, verte en mis sueños y así estar tranquilo, porque han sido cuatro días consecutivos soñándote, y me asomo a la ventana para ver si estas ahí y si te puedo dibujar, si te puedo escribir, pero realmente no me había podido salir nada, no había encontrado la forma para decirte todo, para explicarte que me estoy enloqueciendo por escribirte, que ya va una canción y tres escritos, este es el tercero y no se como explicar este sentimiento que se me metió, changos, realmente que carajos pasa, no se, solo vuelvo y te lo digo, me gustas y de una manera loca, sabes que? Estés donde estés, aparecé, quiero decirte que te quiero, quiero decirte que te sueño, que te extraño, que te pienso, que te quiero tener solo para mi, que quiero que hagas parte de mi vida, que quiero hacer parte de la tuya, que quiero salir con vos, que quiero mirarte a los ojos, susurrarte canciones, pero no se, aparecé y luego hablamos.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Diario de un mendigo enamorado II

Allá viene, está sin afán, va con cinco minutos de ventaja, ya distinguí su caminar, está hermosa, pasa frente a mi de derecha a izquierda como siempre, yo estoy sentado, me levanto y grito, UVITA!, ella voltea y sonríe, su cabello rubio hace un movimiento suave con el viento, su cuerpo se contonea como en los viejos tiempos, se devuelve corriendo, me da un abrazo y sigue sonriendo. Yo la miro a los ojos, le organizo el cabello tras la oreja y le doy un beso en la mejilla, que está tensa por la sonrisa que sigue dibujada en su rostro.

La tomo de las manos, le pido su número de celular y le digo que la llamo a las 6 de la tarde. Ella no me lo da, me dice que no quiere trabajar, que tiene mucho que contarme y prefiere faltar un día al trabajo, que perder la oportunidad de seguir sonriendo con la sorpresa que le acabo de dar.

No has cambiado nada, me dice; aunque sé que realmente sí estoy un poco demacrado. La tomo de la mano, ella lleva su cartera, yo mi bolso con los recuerdos, nos vamos a sentarnos en un parque que acostumbrábamos visitar cuando estábamos juntos. Ambos sonreímos, pero no sabemos qué mencionar.

Al llegar al parque aun la sonrisa sigue dibujada en los dos, yo tengo mariposas en el estomago, se me mueve todo en el interior. Empezamos a hablar, me cuenta como va el trabajo, como terminó la universidad, me pregunta por mi vida y mi trabajo, mi musica y mis sueños.

Ella me empieza a cuestionar sobre el por qué yo estaba ahí sentado, yo le dije que realmente el mendigo que siempre estaba ahí sentado era yo, que hacía eso, no para pedir dinero, sino para mirarla a ella pasar todos los días porque no sabía como acercármele, entonces me dejé crecer la barba y el cabello para que ella no me reconociera, que la miraba pasar siempre; ella sorprendida me dijo que realmente le parecía curioso que el mendigo estaba cuando ella pasaba en la tarde y no en la noche cuando volvía a pasar, yo le respondí que ya me sabía su horario entonces por eso iba en la tarde, porque luego de verla pasar me iba a trabajar.

Me hace la gran pregunta, y ¿es que aun me amas? Con mi manera de ser le contesto que si, que siempre me pregunté si estaba con alguien compartiendo su vida, y sonriendo ella me dice que los últimos meses se había preguntado por mi, por donde estaba, qué estaba haciendo.

Así terminó la tarde, nos quedamos de vernos todos los días de esa semana por la noche, ir a comer y seguir con nuestra conversación.

29 de Abril.

Hoy nos volvimos a dar un beso, sigue besando igual de delicioso, tomé su cabello rubio en mis manos mientras ella descansaba en mi hombro, la miré a los ojos y ella me lanzó un beso que estaba esperando hace mucho tiempo.

25 de Septiembre.

Gran día el de hoy, estoy esperándola en el restaurante de siempre, llamé a todos nuestros amigos, todo está preparado, lo propondré matrimonio, espero que acepte, ya que llevábamos mucho tiempo sin vernos, ya que ahora que nos reencontramos me doy cuenta que ella es la mujer con la que quiero compartir mi vida, ella es la mujer a la que quiero mostrarle todos mis logros y hacerla feliz por siempre.

30 de Marzo

Hoy nos casaremos, ya todo está preparado, el sacerdote, el tatuador, las damas de honor, los padrinos, las bandas que van a tocar, solo espero el momento en que digan, Puede besar a la novia; y listo, seremos felices para siempre.

31 de marzo.

Que gran noche, la fiesta salió a pedir de boca, en el lado posterior de nuestras muñecas están los tatuajes que nos unen por siempre, ya nada nos va a separar, sabemos que es un camino largo y tedioso, pero ya no nos queremos separar y vamos a afrontar los caminos por muy difíciles que sean y superaremos todos los problemas juntos, porque nos amamos, vamos a vivir juntos para siempre.

Ya tenemos la casa, en mi carro nos podemos transportar y seguiremos trabajando en las empresas donde laboramos hasta el momento, ya que estamos felices en ellas.

Esperamos tener uno o dos hijos, dependiendo de cómo siga la situación familiar. Vamos a ver que mas nos depara el destino.

martes, 18 de noviembre de 2008

Diario de un mendigo enamorado.

Enero 27

Dudaba aun si debía cambiarme de calle para cubrirme de la lluvia o esperar a que ella pasara para poderlo hacer. Llevaba ya mas de año y medio sentado en la misma acera durante cinco horas al día, esperándola que pasara, yo la recordaba, ella no, igual yo había cambiado totalmente mi personalidad y mi aspecto físico no era el mas agradable de todos.

Era la 1:55 pm. y ya iba retrasada, aun no pasaba; siempre me daba en la cabeza preguntándome por qué no era capaz de hablarle, solo esperaba ahí sentado a que pasara, la observaba de arriba abajo y mientras mi boca se abría, iba recordando esos gratos momentos del pasado cuando fue mía.

¿Fue mía?

Si, tenía 14 años cuando la conocí, empecé a hablar con ella con una insistencia bárbara desde los 15 y a los 17 cuando ambos aun cursábamos el colegio, nos encontramos para ser pareja, algo concretado, una relación larga y duradera, yo siempre con mi delirio de poeta le escribía versos y ganaba unos sabrosísimos besos por eso y otros cuantos detalles que tenía con ella. O intempestivamente ella me besaba y eso me gustaba.

Nos habíamos separado después de unas decenas de meses juntos y habíamos perdido contacto total, pero ahora que la veo, la encuentro tal y como la dejé hace unos años, ¿cinco o seis?, no se cuantos habrán pasado pero está igual de bella, sé donde trabaja, me ha dado monedas varias veces, pero yo se las he rechazado, realmente yo no me siento en esta acera para recibir monedas, no las necesito, solo busco tener alguien con quien conversar y siempre lo encuentro en universitarios que van en mi búsqueda para comentarme de unas u otras cosas, aunque a mucha gente lo único que le produzco es asco, incluyéndola a ella, supongo.

Son las 2 pm. y aun no pasa, que le habrá pasado, está retrasada, allá viene, va demasiado rápido, sí, está retrasadísima, ¿cuándo será el momento en que tengo otra vez las agallas para volverle a hablar?

Ella lleva trabajando en esa empresa más de 1 año, por lo que veo le ha ido muy bien en su vida, yo en cambio vivo aquí sentado, como algo decente y luego vuelvo a casa solo, me siento a ver televisión o a sumergirme dentro de esos acordes de música que escribo o escucho en las listas de reproducción.

Marzo 18

Hoy se acercó, estaba bellísima, me habló, yo no le dije nada, ni la miré a los ojos, le dije hola y ya, ella siguió su camino y yo volví a lo mismo, la miré y recordé esos gratos momentos. ¿será que se acuerda de mi?, ¿será que ya me reconoció?. Ahora que empiezo a preguntarme, ¿será que tiene alguien con quien comparte su vida?, no se, debería cambiar mi aspecto y un día cualquiera acercarme a ella, vestirme con la ropa que acostumbro usar en las noches para salir con mis amigos, deberé ir cambiado totalmente, afeitar esta larga barba y cortar mi cabello, le hablaré, sé que será pronto, porque ya estoy decidido, la invitaré a un café, ¿pero como le digo?, ¿Cómo me dirijo a ella? ¿con un cortes señorita? O ¿La llamo por su nombre?, no sé, el momento lo dirá.

Abril 3

Es el gran día, ya me afeité y me motilé, me puse una camisa a rayas, un jean, unos tennis azules y una gorra camionera como siempre, estoy sentado en el mismo punto, tengo mi bolso a un lado, con varios recuerdos de cuando eramos pareja y que tengo guardados en mi corazón hace un tiempo. Es la 1:50 p m. Y ya los nervios empezaron a fluir, las mariposas en mi estomago, será difícil dirigirme a ella, pero lo haré, ya tomé el gran cambio.

Allá viene, está sin afán, va con cinco minutos de ventaja, ya distinguí su caminar, está hermosa, pasa frente a mi de derecha a izquierda como siempre, yo estoy sentado, me levanto y grito, UVITA!, ella voltea y sonríe.

Continuará…

lunes, 17 de noviembre de 2008

¿Quien Soy? (Autodescripción, Adjetivos)

Insensible, inconciente, egoísta, ególatra, complicado, hiriente, directo, poco consecuente, inmaduro; y todos los adjetivos que se puedan imaginar (si quieren los ponen acá) y que sean negativos, han sido el pan de cada día del último mes, a veces siento que es muy difícil seguir adelante, pero lo intento y prácticamente lo he logrado gracias a esa gran cantidad de adjetivos negativos que llegan a describirme totalmente. 

Muchas veces he visto como los castillos de naipes se derrumban ante mis ojos y me siento como el “Joven Manos de Tijera” cuando coge sus manos y las hace pedazos. Siento y me pregunto que es lo que realmente soy; y hoy, luego de un juego ridículo se quedó en mi cabeza esa pregunta, porque he ganado el odio de un sinnúmero de personas solo por una decisión, solo porque fui sincero y ya. 

Entonces ¿Quién soy realmente?

Soy todos esos adjetivos que encontraste al principio, que agregaste y que si queres te los repito y los hago tatuar.

Solo se que gracias a esos adjetivos es que encuentro refugio en un lapicero y un cuaderno y saco lo mejor de mi, y soy capaz de hacer sentir feliz o enamorada o triste a la demás gente, al menos esa insensibilidad mía no queda demostrada en la sensibilidad que expresan mis escritos que te hacen suspirar e imaginar lo que en ellos reflejo. 

Entonces ¿Quién Soy?

Soy un simple idiota que plasma en letras lo que no puede sentir y que a falta de poderlo sentir, se lo hace sentir a los demás.

martes, 11 de noviembre de 2008

Una Clara Cabellera.

Tal vez no entiendo porque volví a sentarme aquí, y no se que estoy escribiendo, solo recuerdo una cabellera rubia que llega a sus hombros, una sonrisa enorme, su cara tan bella y sus ojos de un color tan claro y tranquilo como las aguas del mar en una noche de verano.

La luna sigue alumbrando y sigo recordando esa cabellera clara, esa que estuvo ahí ¿Dónde? No se, solo se que algún dia la viste. Y ¿por que la recuerdas? No se, es tal vez una incognita que aun no he podido descifrar, ya que realmente no se quien es la propietaria de esa cabellera clara, tal vez porque realmente no se si la cabellera clara existe. Mi cuerpo se torna cada vez mas frío, mi corazon palpita rapidamente y mi pecho se oprime con cada bocanada de aire que inhalo, es difícil mantenerme tranquilo sin que tu amado amigo se acerque a tu cuerpo y toque tu pecho fielmente. 

Sus ojos, son tan bellos, tan hermosos que deseo tenerlos para siempre, sus labios delinean una perfección tal, que no se si realmente son reales, su nariz despeja una redondez que le da una armonía a su cara digna de una hermosa mujer como lo es ella.

Esperando a que se revele ante mi, a que me diga su nombre, a que me diga qué hace, a que suelte la mano del hombre que la acompaña siempre, a que me mire a los ojos o tan solo me sonría, así estoy yo, sentado en el techo de mi casa, escribiendo algo incoherente, deseos vagos de alguien que se quiere acercar a una mujer ajena, que sonríe y mira como ella se posa a su lado, el asma mata sus pulmones y la oscuridad que antes acompañaba sus noches se disuelve por la construcción que hay hoy en día frente a su casa. Estoy aquí, escribiendo algo que tal vez nunca lea, escribiendo algo que pasará a ser parte de ese archivo personal, escribiendo algo que no es para nada real, es solo mi imaginación una noche de luna llena. 

Ahora que lo entiendo y que lo veo, esa hermosa cabellera clara pertenece a esa persona que sale de noche y duerme de día, a esa mujer que acompaña mis noches de fantasía, mis noches de delirios y de melancolías, pertenece a esa mujer que entra a mi habitación y alumbra con su alegría y que en las noches nubladas con su ausencia me está siempre atormentando. A esa mujer que ha sido tantas veces motivo de inspiración, anhelo de siempre desde mi pubertad, a esa mujer a la que nunca le has dicho lo que realmente sientes, perteneces a esa que se parte muchas veces o esconde su cuerpo o su cara, y no deja que yo disfrute su cabellera, aquella que mientras mas días pasan, mas tarde sale, conociendo que yo soy la persona que mas temprano se entra, tal vez por eso casi nunca la encuentro, tal vez por eso solo la he visto varias veces, tal vez por eso pocas veces me ha acompañado. Pero sabes que nena. Siempre me has gustado. Desde que te ví, no se que es lo que generaste en mi que me hizo gustar tanto de ti, no se que es lo que realmente me pasó. Pero no se, dejate ver que quiero decirte muchas cosas.

sábado, 1 de noviembre de 2008

El Vértigo de Una Flor.









Caminaba por las afueras de la ciudad mientras observaba la belleza que podría generar darle un poco de brillo a los colores opacos que ofrecía el paisaje. Unos cuantos colores alegres, unos graffiti, unos afiches, una declaración de amor. Caminaba sin descanso, esperando llegar y encontrarla, besarla y poder estar con ella. Su casa está ubicada en las afueras de la ciudad, con un paisaje monótono, los edificios se levantan con el mismo color, no cambia, los autos pasan a tu lado mientras seguís caminando, mirando todo lo que te rodea, los vigilantes de la desconfianza también te siguen con la mirada cada que pasas frente a una urbanización, tu solo piensas que solo falta una menos para llegar a la de ella.

 

Llevas caminando cinco minutos, vas cantando o vas pensando en un dibujo, pensando en una frase, vas con ganas de llevarle una sorpresa, pero ¿donde la comprarías?... es imposible… en esos lugares no hay donde comprar, las tiendas están lejos, un chocolate o una flor. Mas fácil es llevar la flor, que sería fácil de arrancar de algún jardín, te decides al fin por esa opción. Ahora lo difícil es encontrar el jardín al cual le robarás unas cuantas flores.

 

Sigues tu camino, miras a lado y lado, encuentras unas perfectas, están en las rejas de una urbanización, te diriges hacia allá, estas trepando, cuando un grito frena tu intención, un hombre vestido de uniforme, halaba mis pies, me prohibió que me subiera a esa reja. Yo le expliqué que realmente lo único que quería era tomar unas cuantas flores para entregárselas a ella. El hombre me apuntó con su arma y ahí entendí que realmente era imposible tomarlas, pese a lo bellas que estaban. Desististe de tu idea en ese lugar y entonces volviste a caminar.

 

Otra vez mirando a los lados sigues tu camino, estas a unos cuantos metros de su urbanización y aun no encuentras esa flor que sabes que le gusta.

 

Una entrada, una casa con un súper jardín, pasas la reja, un perro te mira, ladra, te asustas, porque está demasiado cerca de donde estas,  lo ignoras, “perro que ladra no muerde” te dices, sigues, sacas un bisturí, el cuaderno y un marcador de tu bolso. Con el bisturí empiezas a cortar las flores; cortas doce para que sea un buen detalle, son unas rosas hermosas; el perro sigue ladrando, escribes un mensaje en una hoja del cuaderno, la arrancas y lo pones en el sitio donde antes se encontraban las doce rosas.

 

Sales, otra vez pasas al lado del perro, este te tira a morder y lo esquivas con un poco de tus reflejos y de suerte. Sales de esa casa, cruzas la calle y ya estas en su urbanización. El vigilante pregunta tu nombre, hacia donde te diriges, le respondes, hace una llamada y ya puedes entrar.

Caminas, con un poco de vértigo, las mariposas de tu estomago despertaron, el miedo aun está en tu interior a causa de lo que hiciste para conseguir ese detalle. Subes las escalas de su casa, te paras frente a la puerta, tocas el timbre, se escuchan unos pasos, se abre la puerta y… Despiertas.