sábado, 15 de agosto de 2009

Un cielo en el suelo

A Rod

Todo llevaba más de dos semanas preparado, lo había pensado como una sorpresa, actuaría con cosas que sabía te iban a hacer sonreír, bisturí en mano y cartón, imprimí esa plantilla que alguna vez te entregué rayada en una cartulina. Hice la modificación que te había prometi

do, la corté y compré los aerosoles necesarios, siempre lo quise hacer con dos.

La fecha llegó, fue el primer día en semanas que el cuerpo descansó, tal vez porque sabía que lo iba a hacer por vos, te soñó y durmió doce horas seguidas.

Amaneció, no fue algo sorprendente, pero el vértigo empezó a llenar de mariposas mi estomago, hacía ratos que no me arriesgaba así. Saqué el morral grande, guardé los aerosoles, la cinta adhesiva y el buso negro, la plantilla la guardé en una bolsa.

Me despedí de mamá, me echó la bendición, si que la iba a necesitar, porque donde la policía llegara a verme aplicando la plantilla, podría pasar la noche en su estación.

Llegué donde Rod, comimos y salimos a caminar, a mirar donde los aplicaríamos, serían lugares estratégicos que yo con anticipación había pensado.

Medimos espacios, miramos alrededor, la vigilancia nos miró con sospecha, pero poco importó, volvimos a su casa y pedimos al cielo un poco de lluvia.

Cambiamos de bolso grande a uno pequeño, metimos los aerosoles y la cinta, yo me quité la camiseta y me puse el buso. Tomamos la plantilla, cincuenta por setenta centímetros de carton y un solo mensaje.

Nos sentamos en un parque y unas gotas de lluvia empezaron a mojarnos, fue el momento preciso, subimos caminando, la policía no se moja, dijo Rod, seguimos caminando, cuando tras nosotros pasó una patrulla

policial, nos miramos y soltamos una carcajada.

Llegamos a la primera estación, preparamos la plantilla, con la cinta, la pegamos, pasaron tras nosotros unos carros, incluyendo la patrulla, lo cual retrasó nuestro objetivo, tocó guardar los aerosoles y esperar un poco. Luego del vértigo, me llené de valor y solté la primera bocanada de pintura, empezó a tomar forma lo que había planeado al verlo aplicado.

Uno, dos, tres, hasta trece aplicaciones, durante una calle. La gran mayoría en el suelo.

Trece estrellas que convirtieron el suelo en cielo, trece estrellas que acompañarán tu camino diario, trece estrellas que harán de mí cuando camines sola, por eso cada que mires al suelo sentirás mi presencia, cada que mires al suelo te sentirás en el cielo que siempre quise dibujarte y regalarte.

La lluvia se puso intensa, al menos ya habíamos terminado, pegamos la plantilla en una pared y nos fuimos.

Al otro día al despertarme encontré un mensaje tuyo, dabas gracias, expresabas tu sorpresa y alegría al verlas y decías un te quiero que sacó una sonrisa de mi boca y le dio vértigo a mi corazón.

15 comentarios:

Unknown dijo...

primer relato que leo tuyo y me gusto mucho... con ganas de seguir leyendo mas....mucha suerte y animo.....

Unknown dijo...

Wow, realmente hermoso...

Hasta envidiable =)

Saludos!

Eduardo Galleguillos Castro dijo...

Que romántico… realmente el juego y la suspicacia es envidiable.
El riesgo quizás conmovía y agitaba tu ambiente, pero tu éxito fue temprano; pues ya quedo la marca, ya quedo el regalito de amor.

Un abrazo Juanse.

Jack el Despotricador dijo...

¡Qué liiiiindoooooo!

Saludos!

Víctor dijo...

ojhhh que aventura parce...a lo bien. No sé si sea muy atrevido copiar la idea y aplicarla...un abrazo...

Edito-e dijo...

Increible juanse! espero que sea cierto, porque si es así eres dueño y maestro de una preciosa historia. Hacer feliz a alguien, ademas con un gesto taaaannn lindo, tan atrevido e inconformista. Me gustaría que todas las calles llevaran estrellas pintadas en el suelo...ojala algún día vea alguna, y entonces me acordaré de ti...seguro.
Un beso enorme lindo!

lopez dijo...

Era un domingo a las 9 de la mañana a un nutrido de los excesos de una noche larga de bohemia, deambulando con una resaca abismal, caminaba por el sendero de un “camino verde” que me llevaría a mi casa, para recomponerme y esperar algún alegato. caminaba con ojos rojos con una lerda motricidad de ese camino abrupto de arboles y unidades residenciales, era una mañana con aliento mortecino y de hombres que hacen ejercicio que pasan por mi lado sin saludar, y yo, siempre con la mirada clavada en el piso buscando nada, solo hojas secas veía, pero la fútil rutina era trasgredida por un mensaje de negro y amarillo, fue una gran sorpresa verla, rompía el espacio de mi camino de sinapsis alcohólica, me sonreí al verla y me detuve para contemperarla y seguí mi camino cuando vi otra y otra huella de aerosol y sin entender de que se trataba. Paso algunos días y aquella marca era la vigía de mis pasos cuando salía de mi casa y de repente me entro una súbita curiosidad de enteder que era. Hoy después de algunas semanas me entero de la valentía y lo fogosa y lo magnificente autor de aquella huella.

Juase un abrazo lo felicito fue una grata sorpresa, es de admirar.

NERO dijo...

QUE TALENTO MEN... TE FELICITO

♥Adictalcafeh♥ dijo...

Me gustaría que alguien me hiciera ese detalle jejejej!
Muy dindo JuanSe!
Pero...

Unknown dijo...

Talento!!!, mejor no podía quedar, maldita patrulla, jajaja... Todo por un buen ideal. Quedo pendiente del próximo. Un Abrazo y se cuida parcero.

Manu dijo...

Qe ternura!!!!!!
Servira??

Laurita!!! dijo...

aaayyy Juanse... Que bonitoooo!!!.
La relacion de las esrellas en el suelo como el cielo que siempre quisiste dibujarle y regalarle... QUE HERMOSOOOO!!!

Melissa dijo...

Espero q el esfuerzo si haya servido o q algun dia sirvan de algo...

silvia zappia dijo...

Que viva el amor! Que viva la transgresión!


Besotes!

ºººLuIººº dijo...

Q TernurA!!! q belleza!!
Porq nunk habia leido tus notas Ahh Hermozas Todas!!♥