Eran las diez de la noche, se sirvió un par de granadillas en un pocillo, mientras yo la miraba, sonrisas salían de nuestras bocas como es casi costumbre cuando estamos juntos, la miraba a ella y luego me miraba al espejo. Me senté en las escalas de su casa y ella fue corriendo a golpearme las manos. No te rasques, te va a hacer daño, dijo. Yo sonreí, bajé mis manos y me quedé ahí sentado.
Ella tomó una cuchara en una mano y el pocillo en la otra y fue a sentarse en el mueble de la sala, yo seguí sentado en las escalas, un muro nos separaba.
-Cuéntame algo- dijo.
-mmm, te contaré un cuento- respondí.
-listo.
-Había una vez. No, había una vez no, no me gusta como empiezan los cuentos con había una vez.
Ella sonrió.
-¿Qué vas a hacer hoy?- le preguntó él.
-Nada, tengo que hacer cosas de la u. Entonces por eso no nos podemos ver- respondió ella.
-Ah bueno.
Colgó el celular y miró la estrella que lleva en su muñeca derecha, la besó, anhelando que ella sintiera el beso en la mano izquierda donde lleva ella su estrella, sonrió. ¿Será que ya no le gusto? Empezó a preguntarse, ¿será que tiene algo más importante que yo? Pero si ella sabe que conmigo a su lado se puede sentar a estudiar un rato.
Era un domingo cualquiera, donde él anhelaba como cada domingo, estar a su lado, pero saber que ella no podía, ¿no podía o no quería?, le carcomía la cabeza, será que ya no me quiere, será que ya no siente nada por mi, yo creo que ni tiene la estrella hoy en sus manos; miraba el partido de futbol y encontraba en esa monotonía un aburrimiento total, si estuviera ella acá, estaría todo distinto, se dijo.
Ella entró en la habitación, vio las estrellas en la pared pintadas, lo miró a los ojos, se le acercó, se acostó a su lado, lo besó en los labios y le dijo:
-Cásate conmigo.
-Si. Pero ¿Qué haces acá?- respondió él.
-Una sorpresa, además sentí el beso que diste en tu mano y me hizo erizar la piel, entonces dije que quería sentir esos besos en mis labios hoy.
-Gracias, aunque no me gustó el principio, porque yo no sería capaz de hacerte eso- dijo ella.
-¿Y quien dijo que era para vos?
-Yo, yo lo digo, igual, vos que haces al otro lado de la pared, ven acá y dame un beso, ven acá y dime que quieres que sea tu estrella en el firmamento y en tu muñeca, ven acá y dime que quieres compartir conmigo todos tus días a partir de hoy.
9 comentarios:
Por favor, JuanSe, pero qué bonito! El entusiasmo, la ilusión, la fascinación, son sentimientos que se escapan de tu bello relato para clavarse en lo más hondo de nosotros! Ah, y los diálogos me encantan!!
Un abrazo!
Y sigue progresando,mi Juanse!
Me gusta la estructura de este relato:Un cuento dentro de otro cuento.
Mil besos,hijo!
Xcelente mono, muy bueno
(:
Había una vez. No, había una vez no, no me gusta como empiezan los cuentos con había una vez.
Yo me hubiera reído el doble que ella porque a mi tampoco me gustan esos comienzo!
un beso grande Juanse!
Buena semana!
Ay, Juanse qué bonito!!!el amor, los sueños, los deseos..me encantó.
Un gran beso, querido Juanse.
Wow sonaría demasiado repetitivo, pero tu esencia se deleita cada vez mejor.
El amor, las aspiraciones, temas especiales que en tu relato los haces muy diferentes...
Saludos y abrazos.
Hey Juanse...parcero, cada vez me gusta más tu forma de escribir...uno se va acostumbrando a esos estilos particulares y creo que me estás acostumbrando a tu buen estilo...parcero...excelente encontrar gente que escriba y que disfrute esa actividad como vos...como yo...un abrazo...
Un hermoso cuento "espiralado". Cómo se construye una espiral...de afuera hacia adentro o de adentro hacia afuera?...
Excelente como logras transmitir esa ansiedad de enamorado.
Besos.
Juanse que bonito!!!
Eso esta muy tierno!!!
Juanse de nuevo... FELICITACIONES!
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