lunes, 22 de diciembre de 2008

Ipod dreams

La música entra por mis oídos a todo volumen, la prisa acompaña mi caminar, me dirijo a comprar un implemento de trabajo, prácticamente sin eso no puedo tocar mi instrumento predilecto. Suena una de mis bandas favoritas, le subo volumen para que mi cuerpo recupere la alegría que perdió al incumplir una cita. “…por qué canto todo el tiempo, será porque estoy contento…” reza la canción, reza Evaristo, el camino se hace extenso, no me fijo en lo que me rodea, hasta que algo interrumpe mi concentración, saco los audífonos de mis oídos y vuelvo mi mirada hacia atrás, alguien grita mi nombre, al verla me sonríe, su mano derecha se extiende en tono de saludo.

Me devuelvo con una sonrisa en la cara, ella sigue sonriente también, su brazo se extiende, toma mi mano que también se extendió, un beso, un abrazo caluroso, extenso y que movió prácticamente todo dentro de mi. Me invitó a seguir, me hizo un pequeño reclamo y conversamos un rato. El reproductor seguía sonando, con su reproducción aleatoria iba diciendo cosas como para el momento, pero como siempre que me veo con ella, no era el momento adecuado para hablar al respecto. “Me enamoré de ti y que… me enloqueció tu piel y que…” decía al fondo Pepe “El hermoso”, y yo como con ganas de decírselo a mil voces.

El teléfono interrumpe la conversación y va a atenderlo. Yo miro como su cuerpo se aleja, su cabello hace que mi mirada se pierda en él, la camiseta que llevaba puesta, le quedaba sumamente hermosa, estaba demasiado linda, no sabía que decirle, el sudor empezó a correr por mi cuerpo, no se, me sentía nervioso, con ganas de besarla, su nuevo look quedó espectacular y yo como un loco, tenía miedo siquiera de acercarme, qué pensará.

Un poco de todo tuvo esa conversación, espero que las camisetas que sacaste para mi, donde me veias metido, las guardes, esta semana voy por ellas, el reproductor volvió a matar mi cabeza con un “Esta manera de pensarte, es increible… mi sonrisa escribe que me gustas, en mis ojos dejo clara la alegría de verte cada vez…” que Alejandro Arango dejaba correr nuevamente por mi reproductor.

Ahora tengo que partir, dejarte ahí, me cuentas del concierto que vas a ver esa noche, yo tengo otros compromisos, a los cuales podría llevarte, pero el trabajo no te deja ir, en otra oportunidad será.

Salgo de la tienda, el Ipod vuelve a sonar, después de haber escuchado una canción pesada, que poco dice, viene a mis oídos la melodía que dice “…Un caramelo blanco de limón…” esto ya es el punto final que pongo a la visita que te realicé de una manera desapercibida. Pero realmente no le pone punto final a mis pensamientos en todo el día, solo tu estabas en mi cabeza, no se, estas tan metida dentro de mi, que mi corazón palpita cada que me acerco, el cuerpo se estremece cada que te ve, la sonrisa que mis labios dibuja dicen que me gusta verte, que me gustas tanto que ya no puedo disimularlo, ya no se como decir las cosas, pero la cosa es que quiero repetir esta sensación para siempre, quiero no despertar, pero carajo, tiene que pasar, el reloj está sonando ya, yo quiero seguir soñando, yo quiero seguirte teniendo, no, no, que pasa, ¿por qué?. 

2 comentarios:

silvia zappia dijo...

Porqué tendrá que ser un sueño...


Besos!

Anónimo dijo...

aaaaahhhh y como soñar no cuesta nada, pues si es una buena solución para la realidad de cada momento. Creo que lo importante es haberlo soñado, haber estado ahí...luego que sueñe cualquier reloj.

Isabelc