viernes, 27 de febrero de 2009

uVe

-No creo en el destino- me gritó.

-Igual, si vos no lo hacés yo si, y estoy seguro que el destino nos tiene deparado algo para el futuro- le respondí.

Estaba mirando una pelicula de esas que nominaron al Oscar, la gran opcionada y la más decepcionada, la que hablaba de ese amor eterno entre una niña y un anciano. Yo reparaba en silencio, nada más que recordando promesas, versos, sueños, silencios, tardes, noches a su lado. Tardes y noches y días en las cuales el cielo empezaba a cubrirse sin ninguna espera, sin ninguna contemplación y desbordaba esos colores que se movían en todas las gamas de azules y verdes.

Recordaba los catorce años, cuando llamaba a despertarte y con una sonrisa preguntaba lo obvio, si me había despertado, y yo sonriente y somnoliento le respondía que no, ella simplemente sonreía. Fue cosa de varios años, recordaba sueños, abrazos, conversaciones hasta entrada la madrugada, era la ultima voz y la primera que escuchaba en vacaciones, ella, simplemente sonriente, un amor infantil, ni tan infantil, que iba derrochando alegría e inspiración en un joven que a veces no recordaba nada y otras veces recordaba todo.

Te escribí algo, era algo que muchas veces le dije, ella sonreía, y me pedía que se la cantara, era imposible, yo no tenía voz, mi voz solo salía en el papel, nada más. Así nos comunicabamos, ella me hablaba y yo simplemente respondía.

Recuerdo que mamá fue feliz cuando vio que inventaron la video llamada, porque asi yo podría escuchar las llamadas y a traves del mensajero podía responderle en letras. Ahora el hecho de no poder hablar no era un impedimento. Fue asi como aprendí a escribir, como empecé a reflejar mis sentimientos en letras, luego llegó a mi vida ella, una persona hermosa, que siempre ha estado ahí, sin importar nada, sin importar mi estado, ella ha visto mi progreso y ha valorado eso.

Mi enfermedad es de nacimiento, “el niño no va poder hablar”, mamá tal vez sintió como el cielo se le derrumbaba encima, pero papá la animó y simplemente le dijo, le enseñamos a escribir, asi se puede comunicar.

Luego con el tiempo, aprendí a hacerlo, y poco a poco fui retratando mi vida en letras, fui pintando el mundo con el color de mis lapiceros y fui llenando mi vida de ese mismo color, alegre y sensible, asi era como me definía siempre.

Luego de un tiempo hablando con esa chica, unos dos años, entre besos y abrazos a través del mensajero y la videollamada, quise mostrarle mi inspiración, y la invité a salir, solamente para escribirle una canción.

Ese día llegó, fue en abril, llegué y su mamá me abrió la puerta, hola Juan, me dijo, yo sacudí la mano e hice una reverencia en tono de respeto, ella miró a su hija con cara de extraña, ella me conocía y siempre pensaba que yo era muy callado, salimos con Uvita a caminar, ella con un buso morado que aún recuerdo, yo iba con una camiseta a rayas azules y negras, el cabello organizado y ella con su olor característico que siempre me había gustado, comimos un helado y volvimos a su casa, donde hablabamos, ella con su voz, yo con mi cuaderno le respondía, me acosté en su pecho y empecé a escribirle, la canción que le había dicho, “Quiero Besarte” se llamó y ella accedió.

El día terminó espectacular, yo salí para mi casa, y me propuse aprender a hablar. Imitar los sonidos, pero el hecho de que no tuviera cuerdas vocales impedía que lo pudiera hacer.

Hoy luego de tantos años, unos 10 aun la sigo escribiendo, y la recuerdo en esta sala de cine y quiero abrazarla y quiero besarla, hoy luego de tanto tiempo de escribirla y que ella disfrute mis besos, solo recuerdo esa conversación que tuvimos y que nos alejó, y aun recuerdo esas palabras que dijo.

-No creo en el destino.

-Igual, si vos no lo hacés yo si, y estoy seguro que el destino nos tiene deparado algo para el futuro- le respondí.

Hoy luego de diez años de esas palabras, cuento con ella, está ahí, se preocupa por mi y vive a mi lado. Y aun no puedo hablar.

5 comentarios:

silvia zappia dijo...

Sugiero un ejercicio dadá para encontrar las palabras que necesitás decir.
Si querés puedo ayudarte...

Grande Juanse!
Un besotazo.

silvia zappia dijo...

Yo de nuevo!
En mi zigurat hay un regalo para vos!

Diana dijo...

Me mató lo del chocolate, me mató la nota de uvita!!

lamismahongadelaotravez dijo...

Hola,
apenas vi tu comentario
muy tarde pero bueno :)
Tus blogs son geniales :)
Gracias por visitar mi blog :)

Natalia dijo...

que bonito...tus blogs siempre me recuerdan muchas cosas...un amor infantil :)
que ternura tan genial :P