domingo, 11 de enero de 2009

Golpes de pecho

Me senté en el techo nuevamente, mi cuaderno y mi lápiz mordido totalmente me acompañaban, busqué no romper tejas como siempre y me relajé. Busqué en el cielo esa luna que nos unió hacía nada más unas cuantas horas y ahí estaba, inmensa, blanca, iluminando una noche azul hermosa, digna tal vez de una fotografía.

Pero hoy no busco una fotografía, solo busco poder retratar un sentimiento en un cuaderno, pero como siempre es mi costumbre, como todo mal pintor, voy a hacerlo con palabras, con letras, con frases.

Miré al cielo y volví a encontrarte, miré al cielo y volví a esos momentos que compartimos en la tarde, te encontré igual de bella a como estabas en la tarde, te abracé igual a como lo hice en la tarde, puse mis labios en tu cuello y tu frente como lo hice en la tarde, te tomé la mano como lo hice mientras empezó a anochecer y la luna empezó a aparecer, abracé mas fuertemente como lo hice cuando la luna empezó a aparecer, empecé a llorar como cuando te dejo, como cuando deposito en mi silencio toda mi tristeza, empecé a llorar y tal vez papá se dio cuenta, porque se despertó a fijarse cuan duro estaba lloviendo.

Me senté en el techo y recordé esas palabras que siempre me decías “es que vos le escribís tus mejores versos a amores imposibles”, si, hoy me di cuenta que si, mis mejores versos, letras y frases se las escribo a amores imposibles y es por eso que espero que tu saques lo mejor de mi, es por eso que hoy a gritos en el techo voy diciendo que serás esa persona que sacará lo mejor de mi, simplemente porque te has convertido en un imposible, un imposible al cual no puedo tener, un imposible al cual recuerdo con tanto amor, un imposible al cual le entrego tal vez en cada letra una palabra que la hace sentir grande.

Pensé y pensé y pensé y no hice nada más que pensar, como escribirte las cosas sin ser tan esquivo, como escribirte y no parecer alguien desesperado, como escribir y decirte eso que siento. Y hoy, luego de tanto tiempo, me golpeo el pecho, como lo hacen los pecadores en la iglesia, y lloro, simplemente porque hace tiempo tuve la oportunidad y no fui capaz de aprovecharla, y hoy luego de tanto tiempo, tal vez, el corazon que siempre te tuvo presente, venció a la cabeza que se estaba empeñando en no hacer nada para volver a tenerte y hoy luego de tanto tiempo puedo mirar al cielo y gritar que te amo, mientras papá mira asombrado desde la ventana de mi habitación como mis lagrimas eran la lluvia que ha imaginado.

7 comentarios:

Florcita dijo...

... No me quedaron muchas palabras para comentar... sólo llevo un nudo en la garganta que me atraganta el aire...

Florcita.

Diana dijo...

Esta precioso!!!
Juanse me llenaste de

Anónimo dijo...

Muy lindo!
Me gusta lo que dices de la lluvia... Me gusta la descripción que haces de la Luna y la manera en la que te comparas con un pintor...
Está super!
Te Quiero!

silvia zappia dijo...

Grande Juanse!
Seguí gritando desde el techo, por favor!
Cada vez que escuche llover, recordaré este cuento.
Un beso enorme!

Anónimo dijo...

...mmm....eee... Vos sabes que me pareces un tezo de aqui a quien sabe que!!!
EXCELENTE!
La parte done decias lo que hacias en la tarde con ella se volvia como repetitiva "tarde" pero entendí que estabas explicando cada cosita.
Espectacular imaginarme a tu Papá viendote llorar desde la ventana de tu cuarto!
Que vacano!
felicitaciones!

Laurita!!! :)

Edito-e dijo...

Juanse! cuanto amor hay en la punta de tus llemas...

Anónimo dijo...

esta excelente...
no hay nada mas pa decir..
brutal!
Meli