Subió corriendo las escalas del edificio, no quería usar el ascensor, iba contando los pisos. Llegó a la azotea donde el número veintiuno se veía inmenso.
Abrió la puerta que daba a la azotea, sin parar su carrera, miró la estrella que había tatuada en su mano derecha, la besó y se lanzó al vacío.
5 comentarios:
Uyuyuy! Cómo me hace pensar ésto!
Sentí el vacío en el estómago mientras lo leía y releía.
Imagino que alguna de las estrellas estará brillando en el cielo.
Un gran beso, Juanse!
Besos y estrellas te daré!! Genial....
Y mientras caía...pensaba, hasta ahora todo va bien...hasta ahora todo va bien...
Muchas gracias por venir a verme, todo un placer tenerte entre mis letras. Me quedo un ratito viendo tu mundo..
besos colombia!
uy nea!! muy teso!
Tan teso que lo deja a uno sin comentarios y pensando mucho..casi tanto como las tantas interpretaciones que se le pueden dar.
..por otro lado..un gran anvance en tu vida..algo corto tan brutal como lo largo!!(o más)
¡¡¡Wow!!!
Me E N C A N T Ó ! ! !
Está super!!!
¡Te Quiero!
EliZa
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